lunes, 29 de agosto de 2011

Otro planeta

En vuestro planeta los niños, cuando quieren conocer a otros niños con los que poder jugar una tarde en el parque, saben qué preguntar. Cuestiones tales como "¿Cómo te llamas?" "¿Cuántos años tienes?" "¿Quieres ser mi amigo?" son básicas para que los pequeños hagan amistades. Sin embargo aquí es diferente. Los niños no pueden jugar con quienes ellos quieran. Hay algunas "reglas" o "condiciones" que hay que tener en cuenta. Como en La Tierra los signos del zodiaco: que si piscis no se puede llevar bien con sagitario, capricornio congenia genial con aries, etc. Pero aquí en Gliese 581-G, como vosotros lo llamáis, no se parece en nada a estos signos siervos de la superstición; es un simple ejemplo para que los humanos lo podáis entender. Y no os estoy llamando tontos o no inteligentes, pero como comprenderéis, si nosotros os hemos encontrado antes, es que somos superiores, al menos en la mayoría de aspectos. Pero no quiero hablar de esto. Solo quiero mostraros algunas de las costumbres de los habitantes de este globo.



A lo que iba, como ya sabéis cada uno de nosotros tenemos un don y una metamorfosis. Por supuesto hay variantes. Extrañamente alguien tiene dos dones, ninguna metamorfosis o incluso dos de cada, aunque esto conlleva tener malformaciones en alguna de las dos o dones defectuosos. Sé que no tenemos las mismas especies de animales en los dos planetas, pero por lo mismo que entre humanos y nosotros a simple vista somos iguales, con pocas diferencias físicas, los animales más de lo mismo. Nuestro felino de fuego (así traducido por vosotros, aun en desacuerdo con nuestro Consejo de Traducción Intergaláctico) es un poco más lento que vuestro león pero más fiero y fuerte, así como unos 10 cm más alto y 5 cm más ancho. Así de "insignificantes" son las diferencias físicas entre las especies que coinciden en los dos planetas. Las psicológicas, como ya explicaré más adelante con ayuda de uno de los miembros del Laboratorio Biológico Intergaláctico, son más complicadas.

A partir de ahora llamaré a nuestras especies con el nombre terrestre con el que coincida, en caso de que lo haga, para hacéroslo más cómodo. Por ejemplo, mi metamorfosis es el león; y mi don segregar nuestro líquido vital por cualquier parte de mi cuerpo a la potencia que yo quiera. Si os estáis preguntando si el líquido vital de nuestro globo es el agua, no es así. Es parecido al agua, y así lo traducís vosotros. En resumen, se puede decir que me convierto en león y que echo agua por el cuerpo. 

Ahora sí, pero en mi primera fase de la vida no me podía relacionar con niños con determinadas metamorfosis. Es decir, al igual que un león en La Tierra no puede convivir con una gacela, ya que termina comiéndosela, yo no podía jugar con un niño de metamorfosis de gacela. No solo somos forma, también instintos, y estos son conforme al animal que nos toca. Aunque cuando pasamos a la segunda fase de nuestra vida nos enseñan a controlarlos para poder relacionarnos con todos. [Pero este informe no es sobre la segunda fase, si no de los niños del Globo.] Con esto no queiro decir que si jugaba un rato con un "niño-gacela" me lo terminaría comiendo, pero no sería una buena relación y seguramente acabría por atarcarle, pero nada grave. Y hasta aquí la explicación de por qué nuestros lugares de ocio, en La Tierra "parques", tienen nombre de especies animales.